Cijara, un secreto extremeño

Celtas, vetones y lusitanos fueron los primeros pobladores de esta tierra extremeña que hoy conocemos como comarca de Cijara, y se asentaron al abrigo de las sierras que unen Caceres y Badajoz y en las orillas del Guadiana que van salpicando de embalses su recorrido.

Tierra de llanuras y sierras, de pastizales y humedales en los que se encuentra una rica fauna, así como su reserva nacional de caza en la que trota el jabalí y pacen especies como el corzo, el gamo o el viervo arropados por encinas, alcornoques y jaras entre las que corretean conejos, liebres y perdices.

Entre los pueblos de la comarca encontramos nombres como Castilblanco, Valdecaballeros o Herrera del Duque. En ellos, el viajero encontrará restos de su pasado romano y árabe, castillos y ermitas medievales, iglesias góticas y barrocas o balnearios del siglo XIX.

Los embalses de Cijara, García Sola, Zújar, La Serena y Orellana forman la mayor extensión de agua dulce conocida en la Península y constituyen un excelente hábitat para barbos, carpas, lucios o percas.

Una tiera en la que los siglos no han conseguido sino potenciar su más preciado tesoro: la naturaleza en estado puro.

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