Una mudanza de por sí ya es estresante para uno mismo, pero cuando se trata de una mudanza en Sevilla con niños el estrés se multiplica. Puede acarrear más discusiones que de costumbre, y cansancio a la pareja, se pasa por momentos duros que afectan a toda la familia. Normalmente, los que suelen salir más afectados de estas situaciones, son los más pequeños y es por eso que hoy hablaremos de consejos para sobrevivir a una mudanza con niños pequeños.
Lo primero que los padres tienen que tener en cuenta es que estos cambios pueden afectar perfectamente al sueño de los críos, a su apetito, su humor… Y como es normal, para paliar estos efectos y prevenir otros hay que tomar medidas.
Los principales consejos que desde damos para una mudanza en Sevilla con niños son:
La calma
Los padres, en la medida de lo posible deben de mantener la calma. Esto ayudará muchísimo tanto a los niños como a ellos mismos. La calma ayuda a no llegar a picos de estrés y enfrentamientos.
Diálogo
Como hemos dicho, la calma es crucial para que la mudanza en Sevilla no sea un desastre. Los niños deben entender que está ocurriendo y la única forma es el diálogo. Hablar con ellos y explicarles todo es importante, de esta forma ellos pueden empatizar con nosotros (dentro de sus capacidades) y que para todos la situación sea más llevadera.
Implicación
Puede parecer algo casi obvio, pero para que nuestros hijos se sientan parte de la mudanza, se sientan integrados hay que hacerles participes de ella. Hay que hacerles ver que la mudanza puede ser algo divertido y no aburrido. Una buena forma es que ellos mismos pinten, decoren y personalicen las cajas de cartón, así se sentirán que ellos tienen el control sobre algo y se verán útiles. Esta dinámica está más enfocada a niños más pequeños. Nos podemos encontrar en dos situaciones, que los niños tengan ya una edad o que sean todavía muy pequeños y damos por hecho la ayuda sea nula. En el primer caso, cuando son mayores se pueden implicar tanto como nosotros. Lo más normal es que se encarguen de sus propias cosas, que hagan limpieza entre todas sus pertenencias, las embalen y las metan en casa. Esto agiliza mucho más todo el proceso de la mudanza y hace que los padres no se sientan tan solos.
En el segundo caso, nos referimos a cuando los hijos son pequeños o inclusos bebes. Evidentemente, en esos momentos se da por hecho que no podemos contar con ellos para la mudanza, y que es cosa de los padres. Normalmente, padres que se ven solos frente a una mudanza en Sevilla grande recurren a empresas especializadas, como Mudanzas Pablo.
No hay que pensar que esto solo es cuestión de padres con hijos pequeños, es más muchas familias contratan estos servicios. Y es que hay que saber que hoy en día, en la mayoría de las familias ambos padres trabajan, lo que hace que ninguno de ellos de pueda dedicar completamente a una mudanza.
Orden y rutina
Mantener un orden y rutina en la vida de los niños es fundamental. Ellos no deben sentir que su vida está viviendo un cambio muy fuerte. Conservar los horarios, como, por ejemplo: actividades extraescolares, el momento de jugar, la hora del baño, de la cena, y sobre todo la hora de irse a la cama. Son pequeños aspectos en su vida, que si se ven alterados puede repercutir a otros niveles.
Si sabes que tu hijo tiene un juguete favorito o duerme con algo en especial, presta especial atención en no perderlo durante la mudanza o en meterlo en una caja. Si esto ocurre, es muy probable que el niño después no pueda dormir sin él y más si está en una casa nueva.
Al fin y al cabo, cada familia lleva la mudanza como ellos creen conveniente. Pero si que es cierto, que cuando se tiene niños y sobre todo pequeños de por medio, la tarea se complica mucho más. Una mudanza, aunque sea el inicio de un bonito cambio, al principio todo puede ser bastante agobiante. Y es que hacer una gran mudanza solo entre dos personas es muy complicado, y más cuando hay que compaginarlo también con la vida laboral y familiar.
Lo más recomendable, es contar con una empresa especialista en mudanzas en Sevilla. La razón principal es que agiliza mucho más todo el proceso, ellos mismos se encargan de gestionar y coordinar todo, por lo que es de las mejores opciones de cara a una mudanza familiar.
De cara a la casa nueva, es normal que a los niños les cueste acostumbrarse un poco, pues al final están en una casa que todavía no la sienten como suya. Pero hay pequeños detalles que podemos mantener, como por ejemplo utilizar las mismas sábanas. Parece algo banal o insustancial, pero a los niños ese tipo de cosas les hace sentir a gusto y que nada ha cambiado. No obstante, mantener casi la misma logística y organización de los muebles, juguetes también es importante. Para los niños es mucho más fácil sentir que todo tiene el mismo orden y organización, sobre todo en sus propios dormitorios. Conservar sus mismos muebles, cuando se pueda, siempre es buena idea. Y en el caso de querer reformar su cuarto, hacer que los niños estén involucrados en le proceso de selección, que ellos mismos puedan escoger lo que les gusta o no les hará sentir mejor y más motivados con la nueva casa.
Es importante, que los padres se carguen de paciencia para afrontar toda esta situación, de empatía y que sean conscientes de que no todos los niños son iguales, y por lo tanto no todos lo pueden llevar bien. Los hijos no siempre lo entenderán a la primera, pero ahí es donde entra el papel de los padres, para hacer entender a los hijos de la situación, pero sobre todo para entender a su propia descendencia.