Desde la llegada del Covid-19 a nuestras vidas, hasta los trámites más sencillos, han pasado a ser muy diferentes. Sin ir más lejos, viajar. Esto ya no es cuestión de coger unos vuelos, hacer las maletas y disponernos a disfrutar, ahora debemos de sopesar a qué país vamos, qué tipo de restricciones tiene si es que las tiene, y si necesitamos el famoso pasaporte COVID. Este pasaporte que funciona en la Unión Europea, es un certificado que tienen en común 27 países para facilitar la movilidad de los ciudadanos por el continente. Pero, ¿te has parado a pensar que es un certificado que va a tener tus datos personales referentes a la salud?
Desde luego, que las autoridades pertinentes han considerado que dada la relevancia de este proyecto, y de la sensibilidad de los datos en él existentes, se debe de prestar una especial atención en el uso del mismo.
El pasaporte COVID recoge datos personales sobre la persona a la que se refiere sobre su vacunación, el producto que se utiliza. Pero además de esto, recoge 20 datos más, como son:
- Nombre y apellidos
- Fecha de nacimiento
- Tipo de vacuna
- Marca Empresa de comercialización
- Número de dosis para la pauta completa
- Fecha de vacunación
- Identificación del emisor
- Si ha pasado la enfermedad
- Resultado de la PCR
- Identificador del emisor
- Enfermedad para la que se le ha inmunizado
Atendiendo a los datos que se recogen en el certificado, existe un conflicto entre el pasaporte COVID y la aplicación de la normativa de forma estricta de la protección de datos. Lo que está claro es que los datos personales, sólo se deben de ver o verificar para facilitar el movimiento, no para ningún otro motivo. Serán procesados por autoridades competentes en cada país, siendo almacenados el tiempo necesario para el propósito en el que se encuentra en determinado destino, ni tampoco se harán uso una vez finalizada la pandemia o cuando se deje de utilizar dicho pasaporte.
De hecho, sin irnos al hecho de viajar, han sido muchas las comunidades que han utilizado este pasaporte para poder acceder a locales de hostelería. Alimentando la controversia del uso o del respeto de la protección de datos, dado que el pasaporte COVID era solicitado, tanto por personal de barra como por porteros de discotecas, lo que no parecía ser un uso muy legítimo de dichos datos, al no considerarse que los datos se trataban y salvaguardaba como debieran.
La verdad es que, aunque ya vemos el final de esta terrible pandemia, sigue siendo un tema complicado, ya que además de no asegurarse el trato merecido de estos datos tan personales, se contempla la visión de ser un pasaporte que marca una diferencia entre las personas. Es decir, puede llegar a ser discriminatorio, ya que personas que por diferentes motivos no han podido ser vacunadas, consideran que el ser vetadas o no permitir el acceso a un restaurante o a un país o avión, se les limita la libertad de la que disfrutamos todos, sin preguntar porque no se tiene ese pasaporte, y sirviendo de comentarios o de malos tratos una vez se comprueba que su pauta no está completada o bien no está ni iniciada.