Sorry de Zoran Drvenkar

Hoy vamos a hablar de un libro que tenía muchas ganas de leer por varias razones. La primera es porque salió recomendado en la sección de libros del New York Times con una reseña que atrajo de inmediato mi atención. La segunda es porque es un thriller y siempre esta bien leer de vez en cuando libros cañeros que te mantienen en vilo hasta altas horas de la madrugada. La tercera es porque está escrita por un alemán y sentía curiosidad por saber como les había influído el éxito de la novela negra de sus vecino nórdicos. Y cuarto porque la novela toca un tema bastante atractivo: el perdón. El autor de la novela es Zoran Drvenkar y el título es Sorry.

Drvenkar es de origen croata, aunque sus padres fueron a Alemania cuando tenía tres años. Desde entonces Drvenkar ha residido en este país. No es un autor muy conocido (hasta ahora) fuera del país donde reside. Posiblemente el motivo sea porque Drvenkar, que cuenta con una larga trayectoria literaria, se ha centrado en la escritura de libros infantiles y juveniles. No es la primera vez que Drvenkar se adentra en el mundo del pscothriller con éxito. En 2003 publicó ya el libro Du bist zu schnell que ha sido adaptado al cine. Y posiblemente a Drvenkar le estén lloviendo ofertas para adaptar también Sorry (si no está ya en proceso de ser filmada).

El argumento de la novela es bastante sencillo. Cuatro amigo de Berlín, que no pasan por un buen momento personal, se juntan para beber juntos. En medio de esta fiesta a uno se le ocurre la idea de crear un negocio: una empresa que se dedica a disculparse en nombre de otros. Lo que empieza como una broma acaba tomando forma el día siguiente. Desde el comienzo la empresa les va muy bien. Un día reciben un encargo, aparentemente rutinario, que trastocará por completo su modo de vida y que hará que se adentren en el lado oscuro de la naturaleza humana.

Para contarnos la historia Drvenkar alterna en la narración todas las personas posibles. Es común contar una historia en primera y tercera persona, pero no lo es usar la segunda. Y es precisamente la segunda persona con la que Drvenkar abre el libro. De entre los tres narradores es, sin duda, el que más emoción e intriga provoca. Normalmente la idea del narrador de segunda persona es hacer que el personaje reflexione sobre los hechos que describe. El mérito de Drvenkar no consiste sólo en conseguir esto, sino hacer al lector copartícipe de la historia. Es como si estuviéramos dentro del libro. Justamente a través de los ojos de uno de los personajes más perturbados. Para añadir más confusión no tenemos ni idea de quién es realmente. Pero desde el primer capítulo podemos ver que se trata de un tipo bastante peculiar (el primer capítulo es de esos que quedan grabados en tu memoria para siempre).

El tema principal que recorre como un río subterráneo todo el libro es el tema del perdón y su hermana fea la culpa. Todos los personajes tienes sus cadáveres en el armario. Algunos mayores, otros más leves. Realmente esto no es nada extraordinario porque todos arrastramos con nosotros sentimientos de culpa que combatimos con nuestras pequeñas armas. Para librarnos de esta culpabilidad tenemos dos opciones. La primera es la de pedir perdón. El perdón descansa más al que lo da que al que lo recibe, pues aplaca los sentimientos de enfado, odio o venganza. En algunas ocasiones debemos perdonarnos a nosotros mismos, y esto es sin duda lo más difícil. En los casos en los que no podemos perdornarnos a nosotros mismos lo que hacemos es tomar la segunda opción.

Cuando las palabras no bastan tenemos que pasar a la acción. Entonces, para restablecer el orden que creemos haber roto, tomamos cartas en el asunto y realizamos obras que compensen el mal que hemos creado. El sentimiento de culpa es un motor poderoso. Los personajes del libro, movidos por las circunstancias, intentan reaccionar a los acontecimientos que han ido sucediendo a lo largo de sus vidas y que les suceden en el tiempo presente. La historia no está contada de forma lineal para favorecer la intriga. Drvenkar salta del pasado al presente continuamente. Y esto no sólo nos desorienta a los lectores. También hace que muchas veces no comprendamos el motivo de ciertas acciones. Tendremos que esperar al final de la novela para poder comprender no sólo por qué hacen las cosas los personajes sino también para saber realmente quiénes son.

El libro es también como un mini tratado de la disculpa y la culpa. Son muchas las reflexiones que Drvenkar va dejando a lo largo de la historia. Entre mis favoritas estan:

Nunca digas que lo sientes y, al hacerlo, escondas las manos en los bolsillos del pantalón. Todos queremos ver las armas con las que nos hieren
Nosotros, los seres humanos con sentimientos de culpabilidad, somos los seres más impredecibles
Han sido borrados de la memoria del tiempo, y es esa pérdida la que no puedes perdornarte. Ni a ti ni a la sociedad. Y si existiera un Dios en alguna parte, sería al último al que perdonarías. Pero por muchas vueltas que le des, siempre regresamos a aquella conclusión de que hay cierta gente que no merece el perdón. Gente que tú has conocido

Respecto a la trama el libro es apasionante. Sorry es de esos libros que a uno le dejan pegado al libro. Drvenkar te deja, literalmente, con la boca abierta muchas veces. Tiene una capacidad increíble para ir siempre 5 pasos por delante del lector. En más de una ocasión, cuando uno cree que ya tiene todo atado, Drvenkar introduce nuevos factores que hacen que todas tus ideas se caigan como un castillo de naipes y tengas que volver a empezar a reconstruir de nuevo desde cero.

Alguno de vosotros ya estáis quizás asqueados de novelas negras con misterios, gente rara de la Europa civilizada, sangre y sexo salvaje. Sin embargo encasillar Sorry bajo esta etiqueta sería un error. Drvenkar no es Larsson. Las novelas del sueco son trepidamentes, misteriosas, adictivas y muy entretenidas. Todo estos calificativos son aplicables también al libro de Drvenkar. Ahora Sorry es también un análisis de la mente humana. Drvenkar se adentra en los laberintos más oscuros y primarios que a veces hacen que no actuemos de forma racional. Y esto es algo muy interesante que todos deberíamos tener muy presente cuando veamos acciones inexplicables en la gente que nos rodea.

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